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Desde este espacio los invitamos a pensar, tanto los acontecimientos políticos como las producciones filosóficas y espirituales de nuestro continente y del Mundo Islámico, más allá de los presupuestos ideológicos a partir de los cuales se construye "la realidad" desde los medios masivos de comunicación y de los que se nutren, también, las categorías de análisis de buena parte de la producción académica.

Esperamos sus aportes.

domingo, diciembre 20, 2009

Palabras sobre Ashura



Palabras sobre Ashura


- Del Shaij Fadhlallah Haeri. En El Sufismo. Editorial Edaf. Madrid. 1992. Pags 28-29

“Después del martirio del Imam ‘Ali en el año 661, cuando fue apuñalado cuando se encontraba postrado en oración, su hijo el Imam Hasan se encontró en una posición tan natural como merecida para convertirse en el siguiente dirigente de los musulmanes. Sin embargo, Mu’awiya , el gobernador Omeya de Siria, que estaba intentando asegurarse la posición de dirigente para él y para su clan, comenzó a incitar a la gente contra el Imam Hasan.

Hasan contaba con un ejército poderoso a su disposición. Conocía las debilidades de su pueblo y no quería disensiones dentro de su ejército. También se daba cuenta de la astucia y de la deslealtad traicionera de Mu’awiya. Como no deseaba ver derramar sangre musulmana inútilmente, aceptó la tregua que le ofrecía Mu’awiya (…) El que aceptara la tregua no significaba que renunciase a su verdadera posición espiritual, sino más bien una indicación de la misma. Puesto que no era posible traducir su grandeza interior en una política exterior de estado sin provocar una matanza entre musulmanes, la única alternativa que le quedaba, era la de aceptar las condiciones de la tregua, en las cuales también se estipulaba que, después de él, su hermano el Imam Husain sería el siguiente dirigente de los musulmanes. Sin embargo, Mu’awiya incumplió muy astutamente todos los términos de la tregua después del asesinato del Imam Hasan y nombró a su decadente hijo Yazid su sucesor. En consecuencia el Imam Husain se rebeló.

El pueblo de Kufa en Irak invitó al Imam Husain a unirse a él prometiéndole un importante apoyo (…) Cuando se encontraba a mitad de camino Husain recibió la noticia de que su emisario había muerto en manos de los soldados de Yazid; no le quedaba otra alternativa que la de proseguir su viaje hacia Kufa. Las tropas de Yazid le interceptaron, instándole a que reconociera el liderazgo de Yazid, famoso por ser un borracho que se saltaba abiertamente las leyes del Islam. El Imam Husain no tuvo más remedio que luchar contra tanta traición y corrupción. En la batalla de Karbala, que tuvo lugar a continuación, fueron martirizados alrededor de 72 miembros de su familia, incluidos infantes y niños de corta edad, que murieron víctimas de la sed o bajo las flechas enemigas. Al final el propio Imam Husain sufrió martirio y fue decapitado. Las mujeres y miembros de su familia que sobrevivieron fueron encadenados y obligados a cruzar el ardiente desierto hasta Damasco, donde fueron conducidos a la corte de Yazid.

La batalla de Karbala en el 680 supuso un giro importante en la historia del Islam. Sirvió de punto de referencia para que los musulmanes que habían abandonado el camino unitario del Islam, regresaran a él. El camino del Islam cobró nueva vida con la muerte del Imam Husain, ya que recordó a mucha gente la necesidad de seguir una dirección espiritual, y no sólo el mandato terrenal de reyes codiciosos, así como de honrar la soberanía de Allah en esta tierra siguiendo las huellas del Profeta Muhammad. También sirvió para recordar a la gente, que quien quiera que fuera elegido como gobernante temporal debía ser asimismo la persona más cualificada espiritualmente.”


- De Allamah Ayatullah Saiied Muhammad Husain Husaini Teherani. En El esplendor de (las palabras) de Al Husain. Asamblea Mundial de Ahlul Bayt. Qum. 1994. Págs. I-IV.

“Recordamos al Imam Husain ibn ‘Ali, tercer Imam de los purificados Descendientes del Mensajero de Dios, conocido también como el Señor de los Mártires, por lo acontecido en Karbala al final de su noble existencia, el día 10 de Muharram del año 61 del calendario musulmán, día conocido como Ashura.

Ashura es una ventaja que nuestra escuela presenta sobre el resto de las escuelas en el Islam (…) Este acontecimiento marca un hito notable, un punto de inflexión en la decadencia de un pueblo sumido por entonces en la ignorancia y la corrupción.

(…) Esta matanza fue llevada a cabo por musulmanes. De aquí surge la imperecedera tristeza que se ha mantenido a lo largo de catorce siglos. Para nosotros, como musulmanes resulta sumamente penoso lo que ha padecido el Imam de manos de quienes eran musulmanes, aunque solamente de título. (…) Ellos habían visto al Mensajero de Dios abrazar a Husain, besarlo, ponerlo sobre sus hombros. Muchas veces lo habían escuchado decir: ‘Husain es parte mía y yo soy parte de Husain’. Ellos eran conscientes de que asesinaban una parte misma del Profeta.

Con su martirio, Husain protegió una religión en cuyas enseñanzas han sido tenidas en cuenta todas las necesidades del hombre, una religión vital que provee vida al género humano, que ha brindado suficientes instrucciones para cada cuestión, que es el camino más brillante y el sendero más claro. Por eso el Imam Sadiq afirma que el Islam ha surgido a través del Profeta y ha permanecido gracias a Husain (…) Su sangre derramada aún hoy vivifica los espíritus de los musulmanes del mundo entero.”


- De Ibn Al Abbar (Andalusí del S. XIII). En La epopeya de los Alíes. Miraguano Ediciones. Madrid. 1990. Págs. 72-73

“El día diez de Muharram fueron profanadas las cosas más sagradas, y las tinieblas se desbordaron sobre la Luz, algo muy grave: los malvados cargaron contra los buenos y el nieto fue golpeado sobre su hombro y mano izquierdos: ¡Qué osado el que hizo correr su sangre! Después fue asesinado y degollado ¡Hasta los corceles jadeantes lloran! Quedaron trozos de carne en descomposición, miembros en putrefacción. Los impostores se arrojaron sobre los bienes y los vestidos, arrancando en el saqueo a las mujeres lo que llevaban encima. Sin contar las mejillas que surcaron y las pieles que cortaron, los harenes que profanaron y mancillaron y los nobles cuyos cadáveres dejaron abandonados, ‘como alimento de la hiena y el viejo buitre’. ¡Ay de quién favoreció una injusticia y apoyó un grupo rebelde! Las mujeres nobles son separadas, humilladas por la depravación y cargadas sobre palanquines como cautivas.

‘Después de esto no hay quien se abstenga de algo prohibido, ni se ve desde entonces deshonra en el pecado’.

La categoría de la elegía es conveniente aquí; repite cuanto puedas a quién se entristezca: ‘¿puede esperar un pueblo que mató a Husain la intercesión de su abuelo el día del Juicio?’

La desgracia que encontró Husain el día de Ashura no fue sino la décima parte del eco que alcanzó."